Avistamiento es un proyecto que comenzó a finales de 2009 en Nueva York cuando por primera vez comencé a seguir pájaros en Central Park. Esta actividad me llevó a entender la relación estrecha que tenemos con estos animales y la conexión que a través de ellos establecemos con nuestro propio espíritu/otras realidades. Por varios años seguí diferentes especies, hasta encontrarme con un águila (Buteo Swansoni) que sigue más o menos el mismo patrón de migración que he sostenido por lo últimos años de mi vida. El águila cuaresmera, nombre que recibe el águila cuando pasa sobre territorio colombiano, se convirtió en la especie de observación y estudio.
Años después, me encuentro con José Roca y Adriana Hurtado, Directores de FLORA. Desde entonces hemos construido una relación muy parecida a la que he venido estableciendo con los pájaros. Los seres humanos estamos constantemente avistando, tratando de encontrarnos y sorprendernos unos con otros; creo que es afortunado “un” encuentro en la medida misma de las posibilidades que este abre; los encuentros son ventanas, son metafóricamente un par de alas.
Los pájaros son literalmente los mensajeros, los conductores de esta alianza y otras que vinieron después. José Roca me propuso la residencia en FLORA durante el 2014 y anterior a esta posibilidad, ya sabía que mi viaje llegaría a Honda, ciudad al borde del río Magdalena y por donde coincidencialmente las águilas Cuaresmeras pasan un tiempo del año antes de llegar a su destino final al sur del continente. Al igual que las águilas, mi retorno a Colombia se dibujaba después de 16 años de vivir fuera del país, uniéndome a la migración de estas aves con el fin de llegar a un destino final: Bogotá.
La poética del tiempo parece funcionar al igual que el viento o el clima permiten que las aves migren. Propuse a FLORA una residencia de larga duración que me permitiera encontrarme con el ave en territorio colombiano y generar una serie de propuestas en torno al cuerpo que surge después de años de “observar” pájaros. Sin embargo, en medio del proceso de investigación, los pájaros señalaron una dirección que había pasado desapercibida y que era finalmente la razón real de AVISTAR pájaros. Al enfocar la atención en los pájaros, comencé a encontrarme seres humanos excepcionales, y es ese encuentro con el mundo que presenta cada persona, lo que nos afirma en relación al mundo que habitamos y el mundo espiritual que inevitablemente construimos al sensibilizarnos.
Avistamiento es entonces un proyecto de sensibilización humana en la que los pájaros nos conducen a sorprendernos con el otro, en el que inevitablemente debemos partir de otros presupuestos físicos para encontrarnos con el cuerpo que realmente habitamos diariamente. Y es justamente en el cuerpo en donde recae todo el peso del proyecto, pues es el cuerpo el que permite el viaje y también el encuentro; es el cuerpo que se despliega para dejarnos entender el vuelo como posible metáfora de aceptación de un mundo que permanentemente cambia para darle paso a la vida. Los pájaros y el cuerpo son la misma cosa. Son entidades que fluctúan y necesariamente conviven en el mundo para siempre posibilitar la vida; y la vida, es el lugar, la plataforma para AVISTAR.
El proyecto comprende dos espacios: EN TIERRA / AL AIRE
-En tierra: Son todas la piezas de video, dibujos, archivo visual, fotos y registros de audio que serán expuestos permanentemente durante la exhibición del proyecto.
-Al aire: Son todos los performances que se presentan durante la exhibición.
Avistamiento en un proyecto de María José Arjona en colaboración con FLORA ars+natura es una obra en proceso que irá constantemente cambiando.