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De naturaleza violenta

Isidora Correa, Claudio Correa y Patricia Domínguez


Apertura: noviembre 23, 2013.
Cierre: marzo 29, 2014.

Una primera etapa de este convenio resultó en la exposición Historias del Objeto, realizada en la Galería Gabriela Mistral en julio de este año. Una versión de la exposición en FLORA será presentada en el Centro Cultural de España en Santiago en el 2014. La exposición abre de nuevo el 14 de enero de 2014, y estará abierta hasta el 1 de febrero de 2014.

A partir de proyectos preliminares ligados a prácticas anteriores (Isidora Correa con productos perecederos, Claudio Correa con símbolos de poder, y Patricia Domínguez con la tensión entre naturaleza y cultura), los artistas se abocaron al desafío de crear nuevas obras a partir de su experiencia en la ciudad de Honda. Nunca se parte de cero, y la proverbial página en blanco nunca está totalmente vacía: el artista se enfrenta a un nuevo proyecto con sus vivencias pasadas, su propia voz artística, las expectativas generadas por el desconocimiento del lugar anfitrión, la investigación previa, etc. Precisamente de esta investigación preliminar realizada a partir de búsquedas en internet, conversaciones con la curaduría y con personas que conocían Colombia surgieron las primeras ideas para encaminar sus líneas de investigación.

En el caso de Isidora Correa, el proceso de desarrollo de las obras expuestas en la exposición comienza a partir de ciertas observaciones al llegar a Bogotá. La primera ocurre al preguntar por un taxi, momento en cual fue inmediatamente advertida de los peligros asociados a tomarlo en la calle, pues en los taxis ilegales los pasajeros pueden ser presa de ladrones que les hacen inhalar o tomar una poderosa sustancia que debilita la voluntad: la escopolamina, conocida popularmente como «burundanga». Paralelamente, en sus caminatas por Bogotá, Correa observó en los jardines un árbol en flor muy ornamental y común en la ciudad, que le recordó a una especie que también existe en Chile. En el camino a Honda fue encontrándose con este mismo tipo de árbol, y al preguntar a los hondanos le contaron que se llamaba coloquialmente el árbol de borrachero y que de ahí se extraía la escopolamina. A Correa le pareció muy particular que una flor tan bella se transformara en algo tan amenazante.

Investigando más en profundidad acerca de la distribución geográfica y los usos de esta flor en época precolombina, constató que se expandía desde Colombia, pasando por Ecuador, Perú y hasta llegar a Chile, uniendo de este modo su propio trayecto de viaje. Respecto a los usos de esta flor le llamó la atención que aborígenes colombianos tenían la usanza, cuando moría un alto mandatario, de dar un brebaje a su mujer y sirvientes para ser enterrados vivos. De ahí surge la idea de construir un sarcófago que llevara inscrita la flor del borrachero, conteniendo el vacío de un cuerpo adormecido, yacente y sin voluntad. En sus recorridos por Honda, Isidora Correa vio que en la mayoría de las fachadas de las casas se utilizaban calados de cemento, y le interesó incorporarlos en la construcción del ataúd haciendo una relación entre el cuerpo vivo que habita estos interiores y el cuerpo muerto que yace en la tumba. Correa fue registrando los motivos florales de los calados hasta seleccionar dos modelos que tuvieran la imagen más cercana a la del borrachero.

Paralelamente en las caminatas por distintas quebradas y ríos de Honda recolectó muchos tipos de piedras, y durante la recolección encontró dos piezas arqueológicas: una pintadera de cerámica (rodillo utilizado para teñir telas) y una piedra afilada para cortar. A partir de estas piezas realizó ensambles con objetos contemporáneos buscando ciertas similitudes entre ellos.

El trabajo de Claudio Correa es una instalación sonora que consiste de dos vitrinas, una de muro y otra de mesa. La vitrina de muro contiene una partitura musical, traducción en pauta de pentagrama de una entrevista realizada por el artista al veterinario Hernán Rodríguez de la ciudad de Honda. Ésta trata de los métodos de cacería de las aves rapaces por medio de la imitación de los cantos de pichones u otras aves inofensivas. La vitrina de mesa contiene en su interior una suerte de paisaje terrestre, compuesto por arena y fragmentos de piedra volcánica. Al interior de la vitrina está instalado un equipo de música de seis canales que reproduce el registro sonoro de un ambiente selvático, poblado de aves. Particularmente, los bajos del registro provocan en el paisaje de tierra episodios continuos de vibraciones y reberverancias. De este modo, el canto de las aves -en apariencia caótico e ininteligible- es transcrito a lenguaje musical en la partitura. Dicho en otras palabras, el «ruido» selvático corresponde a una meticulosa edición de audio, en consonancia a la notación musical de la entrevista al veterinario de Honda. Consecuentemente, la dimensión telúrica de la obra, dada por las vibraciones que alteran el paisaje de la vitrina, aportan, al igual que la partitura, una dimensión visual al sonido. Experiencia perceptiva que incorpora las vibraciones al cuerpo físico del espectador.

El título de la obra, La psicología de un alimento/Telúrica parlante, hace referencia a la entrevista realizada por el artista. En ella se interroga al veterinario por las tácticas de acecho de las aves rapaces, mediante la siguiente pregunta: “¿Pareciera ser que estos cazadores conocen muy bien la psicología de su alimento?”. Esta pregunta hace patente lo medular de este trabajo: enfrentar a lo “natural”, desde la sospecha de un mensaje encriptado en el paisaje; y equipara al espectador con una posible víctima, que realmente no es capaz de entender los estímulos que percibe, posibilidad que todos los aparentes sonidos de cantos de aves, sólo sean parte una estudiada treta de imitación de otras especies que sólo persiguen el engaño de sus posibles presas. Finalmente, este montaje plantea una aproximación a lo “natural”, desde la fobia y el pánico como motor de la obra, en oposición al deleite turístico o al exotismo Eurocéntrico, que se deslumbra por la novedad de un paisaje nuevo, pero en el fondo oculta el reencuentro con algo que olvidamos, aquello entendido como lo primigenio.

La investigación artística de Patricia Domínguez se basa en la relación de las culturas contemporáneas con el concepto de lo natural. Rastreando, modificando y transformando la genealogía de las relaciones entre humanos y lo vivo desde el siglo XXI. Una genealogía que no es biológica, sino un enredo de categorías, imágenes y relaciones subjetivas establecidas entre seres vivos. Domínguez utiliza métodos libres que combinan e interpretan disciplinas como las ciencias naturales, la botánica, la zoología, la antropología y la sociología, entre otras, de manera critica. Estos métodos se alejan intencionalmente de métodos formales y colonizadores de organizar lo vivo, abriendo un espacio abstracto para la transformación de categorías antropocéntricas comúnmente utilizadas para construir cosmologías actuales de mundo. Al llegar a Honda, Domínguez se interesó en la cultura de los caballos de paso fino Colombiano, en muchas ocasiones asociada a ámbito mafioso por ser símbolos de poder en ambientes rurales. Pero a cargo de los caballos están siempre jóvenes delegados por sus dueños, quienes establecen una relación estrecha con los animales, que se expresa en una tensión entre amor y dominio. Domínguez pasó muchas semanas en las pesebreras de una finca local, montando los caballos con los que los cuidan y entrenan, involucrándolos como actores en un video de dos canales que muestra imágenes construidas al lado de momentos espontáneos de la vida compartida entre los caballos, los cuidanderos, y los «amos» de los cuales ambos dependen.

Eres un princeso investiga la relación actual entre personas y caballos en el pueblo de Honda, producto de la segunda colonización del terreno Colombiano realizada por el mundo narco y su conquista territorial, luego de la conquista española. Cuando los españoles introdujeron caballos a América por el Caribe, los indígenas los vieron como un solo ser, sin diferenciar sus individualidades. Un ser que fue considerado como una divinidad. Actualmente, la relación de los caballos y sus patrones se ha transformado en un híbrido diferente: un caballo, un cuidador y una finca. En Eres un Princeso, historias personales que se entrecruzan en el establo Santa Leticia, donde adolescentes de 14 y 15 años cuidan caballos de Paso Fino, Trochadores, Criollos y Españoles. Ellos, establecen tal cercanía física y emocional con los caballos, que sus cuerpos y subjetividades se convierten en emergencias extrañas a través de acciones cotidianas de aseo y entrenamiento. Día a día, estos caballos se ven afectados por los jóvenes, quienes establecen con ellos intensas relaciones de trabajo y afecto; relaciones repetitivas infectadas de emoción y de obligación. También, los caballos se ven afectados por sus patrones, quienes los usan para exhibir su poder, mientras los pasean borrachos por el pueblo de Honda los viernes en la noche. Al estar en declive la colonización narco en Colombia, la obra plantea la pregunta de cuál será la tercera colonización territorial en Colombia, mientras uno de los patrones le pega con su látigo de cuero a un cartel que dice “Se vende”.

About violent nature is the result of the residence in Honda by the Chilean artist Isidora Correa, Claudio Correa and Patricia Domínguez. This group works in collaboration with the Gallery Gabriela Mistral in Santiago de Chile.

The first phase of this agreement resulted in the exhibition Histories of the Object, realised in the Gallery Gabriela Mistral, in july. A version of the exhibition in FLORA will be presented in the Centro Cultural de España in Santiago, in 2014. The exhibition opens again in January 14th 2014 and will be opened until February 1st.

From preliminary projects close to previous practices (Isidora Correa with perishable products, Claudio Correa with power symbols and Patricia Domínguez with the relation between nature and culture), the artists pour the challenge of creating new works from their experience in Honda.

Never starting from the beginning and the proverbial white sheet is never completely empty. The artist faces a new project from its past experiences: his own voice, the expectations made without knowledge about the local host, the previous investigation, etc. Precisely this preliminary investigation that was made with internet investigation, conversations with the curator and with persons who knew Colombia the first ideas about this project were born.

In case of Isidora Correa, the process of the development of the exhibited works, began from certain observations in Bogotá. The first one happened by asking for a taxi. She was immediately warned about taking a taxi in the streets. In illegal taxis the passengers can be robed by thieves, who make them inhale or take a powerful substance that debilitates the will. The drug is called escopolamina, populary known as “burundanga”. Also, in strolls through Bogotá, Correa observes in the gardens a tree with a ornamental flower, which she also knows from Chile. At the road to Honda she saw the tree, again and she asked the people of the city how it was called. They answered to her that the plant is colloquial called “the drunken tree” and that the escopolamina is extracted from it. To Correa it seemed very strange, that such a beautiful flower was transformed in such a danger.

So, the artist was investigating more about the geographical distribution and the use of the flower in the pre-Colombian epoch and she found out, that it was expanding from Colombia, trough Ecuador, Peru to Chile. In this way, it had made the same way as she. She investigated deeper about the use of the plant and found out, that the Colombian indiginous people had the custom to use this drug, when a great leader died. They gave it to his wife and servants to be buried alive. Since then, the idea of constructing a sacrofagus with inscriptions of the flower, was born. It should contain the gap of a lying, sleepy body without will.

At her trips to Honda, Isidora Correa saw that in most of the fronts of the houses, cement works were used and she was interested to include this in the construction of the coffin to create a relation between the living body that inhabits these interiors and the dead body, that lies in the grave. Correa was registerating the floral motives of the works, so that she could find two models which are simular to the image of the “drunken flower”.

At the same time, in different stolls though Honda and near to its river, she collected many types of stones and she found she found two archaelogical pieces: a pintadera of ceramic (a roller, which was used to dry cloths) and a stone that was shaped for cutting. From these pieces she realised an assemble with contempoary objects, for looking for similarities between it.

The work of Claudio Correa is a sound installation that consits of two Cabinet works: one on the wall and other on the table. The wall contains a musical score, a translation in the lines of staves from an interview made by the artist to the Hondian veterinarian Hernán Rodríguez. This is about the methods of hunting birds of pray by imitating the sound of pigeons or other inagressive birds. The table in the Cabinet contains a kind of a terrestrial landscape, composed with sand and fragments of volcanic stone. In the inerior a music equipment of six channels that reproduce the sound of a forest full of birds. Particularly, the basses of the record provoce on the landscape of earth constantly vibrations. In this way, the singing of the birds – chaotic and unintelligible – is transcripted to the musical language at the score. In other words: the forest “noise” correspondents to a meticulous audio edition, in consonance to the musical notation of the interview of the Hondain veterinarian. Consequently, the telluric dimension of the work, made by the vibrations, that disturb the landscape in the Cabinet, brings (like the score) a visual dimension to the sound. It is an perspective experience, that incorporates the vibrations into the physical body of the spectator.

The title of the work, La psicología de un alimento/Telúrica parlante,refers to the interview. In it, the veterinarian is interrogated by the tactics of watching the birds. So, it means to ask the following question: ” Why do the hunters know so well the psychology of their food?” This question makes the fundermental thoughts of the work clear: facing the “nature” from the misstrust of a message, written in the landscape. And also: the comparing of the spectator with a possible victim, which could not realy understand the stimuli that it notes. It could be possible, that all the sounds of the birds are only part of a studied trick for imitating other species, for treating its possible captive.

Finally, this arrangement propposes an approach to the “natural”: from the phobia and the panic like a motor to the work, in opposition to the tourist delight or the Eurocentral exotism, which is dazzled by the innovation of a new landscape. But also, it conceals the reunion with something that we have forgot, something which is understood as the original.

The artistic investigation of Patricia Domínguez is based on the relation of the contemporary cultures with the concept to the natural. Ranking, modifying and transforming the genealogy of the relations between humans and the living from the 16th century is part of her work. It is a genealogy that is not biological, but an entanglement of categories, images and subjective relations, established between the living beings. Domínguez uses free methods that combine and interpret disciplines like natural sciences, the botany, the zoology, the anthropology and the sociology and others, in a critical way. These methods move intentionally from formal and colonizing methods of organizing life, opening an abstract space for the transformation of anthropocentric categories, which are commonly used to construct world cosmologies.

When she arrived Honda, Domínguez was interested by the culture of the trained Colombian horses. These were lately associated with the mafia for beeing symbols of their power in rural ambiences. But otherwise, the horses always belongs to young delegates, who estabilshed a relation between love and authority. Domínguez spent many weeks in the stalls of a local farm, riding and taking care of the horses. She involved them like actors in a video with two channels that show images constructed next to spontaneous moments of life. These moments were shared between the horses, their protectors and the “owners”.

You are a princess treats the current relation between humans and horses in Honda. This relation is one of the consequences of the “second colonization” of Colombia, made by the world drug trafficker and their territorial conquest, after the Spanish colonization. When the conquerors imported horses to America through the Caribbean Sea, the natives saw the rider and their animals as one single beeing, without differentiaing them as individuals. For them, it was a being who was considered to be a divinity. Nowadays, the relation of the horses and its owner has changes into an other hybrid: a horse, a protector and a farm. In You are a princess, personal histories come together in the stall Santa Leticia. There, 14- and 15 years old adolescents take care of the races: Paso Fino, Trochadores, Criollos and Españoles. They establish such a physical and emotional unit with the horses, that their bodies and they subjectivities turn into a strange need through the daily actions of cleaning and training.

Every day, these horses are affected by the young people, who establish with them instense relations of work and affection. Also, the horses are affected by its bosses, who use them to show their power, while riding them druken through Honda, every friday night. After the decline of the “drug colonization” in Colombia, some of the bosses glue on their leather whip a cartal: “For sale”.