FLORA cuenta con una vitrina hacia la calle, en la cual desarrollaremos el programa Gabinete. El nombre, por supuesto, hace referencia a los gabinetes de curiosidades (llamados también wunderkammer o cuartos de maravillas), antecesores del museo que surgieron en Europa durante el renacimiento y que fueron muy populares en el siglo 17. Los gabinetes de curiosidades corresponden al impulso primario del coleccionista: la acumulación, aunque estas colecciones de objetos diversos en general carecían de una de las características del coleccionismo moderno: la clasificación por categorías, o la especialización en algún tipo de objeto de la cultura material. El criterio que le daba importancia a un objeto para que fuera incluido en el gabinete era su rareza o singularidad: en un mundo que ampliaba sus fronteras con los nuevos descubrimientos, la fauna, flora y los diversos objetos del Nuevo Mundo eran tan extraños para los ojos europeos como las criaturas surgidas de los mitos: unicornios, sirenas, mandrágoras. Los objetos fantásticos concebidos por el hombre también tenían cabida allí: autómatas, relojes, monedas griegas y romanas, vasos de porcelana china, libros raros, miniaturas, esculturas antiguas. Sin embargo, a pesar de su heterogeneidad y falta de rigor científico, algunos de los gabinetes llegaron a tener muchos de los atributos del museo: posterior a la acumulación vino la clasificación, y de allí la exhibición, característica que define el museo moderno. Algunos de los gabinetes de curiosidades más famosos, como el gabinete de Ferrante Imperato en Nápoles (1599), el Museum Wormianum en Copenhague (1654), el de Athanasius Kircher en Roma (1680c) o el de Albertus Seba en Amsterdam (1718c) podían ser visitados o publicaron catálogos detallados de sus colecciones, poniendo en público las pasiones privadas del coleccionista.
El gabinete de Flora no será de curiosidades, si no un espacio en el cual cada mes un artista diferente, escogido mediante convocatoria, realizará una intervención para ser vista desde el anden. Una de las motivaciones de este programa consiste en acercar el público (que en muchas ocasiones no entra a un museo o a una galería por considerar que allí no es bienvenido) a los lenguajes del arte contemporáneo. Sin embargo, en esta primera edición decidimos no presentar la obra de un único artista, sino convocar a la comunidad ampliada de FLORA, pidiendo que enviaran un objeto que a su juicio fuera singular, acompañándolo de un texto con la breve historia que lo hace especial. El resultado es este gabinete de curiosidades contemporáneo.
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FLORA has a storefront vitrine, where we will be hosting a program titled Cabinet. The name references the cabinets of curiosities, (also called wunderkammer or wonder rooms), ancestors of the modern museum that appeared in Europe during the renaissance and that were very popular in the 17th century. The cabinets of curiosities were a result of the primal impulse that drives the collector: accumulation, but these heterogeneous collections lacked one of the characteristics of modern collecting: classification in categories, or specialization in a specific type of object of material culture. The main criteria for including an object were rarity or singularity: in a world that was expanding its frontiers with the new discoveries, the fauna, flora and diverse objects of the New World were as strange to European eyes as the creatures of myths: unicorns, mermaids, mandrakes. Human creations also had a place there: automaton, clocks, Greek and Roman coins, Chinese porcelain vases, rare books, miniatures, ancient sculptures. Regardless of their lack of scientific rigour, some of the cabinets achieved museological attributes: after accumulation came classification and then exhibition, which characterises the modern museum. Some of the most famous cabinets, such as Ferrante Imperato’s in Naples (1599), the Museum Wormianum in Copenhague (1654), Athanasius Kircher’s in Rome (1680c) or Albertus Seba’s in Amsterdam (1718c) could be visited, or published detailed catalogs of their collections, placing in the public sphere the private passions of the collector.
FLORA’s Cabinet will not be of curiosities, but a space where each month a different artist will conceive an installation, to be seen from the sidewalk. One of the aims of this program is to bring the the passerby (who is often reluctant to enter a museum or gallery because s(he) does not feel welcome) closer to the languages of contemporary art. This program will be done in collaboration with Lugar a Dudas in Cali, who runs a similar program, La Vitrina.
Nonetheless, for the first installment of Cabinet we would like to invoke the wunderkammer, creating a collective cabinet of curiosities. This is an open call; those interested in participating should send the photograph of an object that they deem singular, strange or fantastic, with a brief text (maximum 100 words) which explains why the object is special to them. Examples of the objects and stories we are looking for can be found on this link.
Please send a single photo of the isolated object (in front of a neutral background) with the short text, to this email: gabinetecolectivo@arteflora.org
FLORA’s advisory committee will select the most interesting objects, which will be exhibited in FLORA’s storefront vitrine in July 2013, and shown on our webpage as an archive.
The deadline for sending the proposals is Friday, June 21.